15 de junio de 2011

La fábula de los tres hermanos

Este texto lo extraje del libro Harry Potter Y Las Reliquias De La Muerte (Harry Potter and the Deathly Hallows), Capítulo 21 La Fabula De Los Tres Hermanos. El texto corresponde al relato original, publicado originalmente en Tales Of Beedle The Bard (Cuentos De Beedle El Bardo). Disfrútenlo.

Había una vez tres hermanos que viajaban a la hora del crepúsculo por una solitaria y sinuosa carretera.


Los hermanos llegaron a un río demasiado profundo para vadearlo y demasiado peligroso para cruzarlo a nado. Pero como los tres hombres eran muy diestros en las artes mágicas, solo tuvieron que agitar sus varitas e hicieron aparecer un puente para atravesar las traicioneras aguas. Cuando se hallaban hacia la mitad del puente, una figura encapuchada les cerró el paso. Era la Muerte.

Se sentía engañada, porque le habían sido escatimadas tres víctimas. Normalmente los viajeros se ahogaban en el río. Pero la Muerte era astuta: fingiendo felicitar a los tres hermanos por sus poderes mágicos, les dijo que se habían ganado un premio por haber sido lo bastante astutos para eludirla.

El hermano mayor, que era un hombre combativo, pidió la varita mágica mas poderosa que existiera, una varita capaz de hacerle ganar todos los duelos a su propietario; en definitiva !Una varita digna de un mago que habia vencido a la Muerte! La Muerte se la fabricó de un árbol de saúco que estaba cerca.

El segundo hermano, que era arrogante, quiso humillar aún más a la Muerte. Pidió que le concediera el poder de devolverle la vida a los seres amados que habían muerto. La Muerte tomó una piedra de la orilla del río y se la entregó, diciéndole que la piedra tendría el poder de resucitar a los difuntos.

Por último, la Muerte se dirigió al tercer hermano. Éste era el más humilde y también el más sensato de los tres, y no le tenia la mas mínima confianza a la Muerte. Así que le pidió algo que le permitiera marcharse sin que la Muerte pudiera seguirlo.Y la Muerte, de mala gana, le entregó su propio Manto de Invisibilidad.

Entonces la Muerte se apartó y dejó que los tres hermanos siguieran su camino.Y así lo hicieron ellos mientras comentaban, maravillados, la aventura que acababan de vivir y admiraban los regalos que les había dado la Muerte. A su debido tiempo, se separaron y cada uno se dirigió hacia su propio destino.

El hermano mayor siguió viajando poco mas de una semana, y al llegar a una lejana aldea buscó a un mago con el que mantenía una grave disputa. Naturalmente, armado con la Varita de Saúco, era inevitable que ganara el duelo que se produjo. Tras matar a su enemigo y dejarlo tendido en el suelo, embriagado con el poder que le había dado la Varita, alardeó ser invencible. Pero esa noche, mientras dormía, otro mago le robó la Varita y le cortó el cuello de lado a lado. Y la Muerte reclamó al primer hermano.

Entretanto, el segundo hermano llegó a su casa. Tomó la Piedra que tenía el poder de revivir a los muertos y la giró tres veces en la mano. Para su asombro y placer, vió aparecer ante él la figura de la muchacha con quién se habría casado si ella no hubiera muerto prematuramente. Pero la muchacha estaba triste y distante, separada de él por una especia de velo. Pese a que había regresado al mundo de los mortales, no pertenecia a él y sufría. Al fin, el hombre enloqueció a causa de su desesperada nostalgia y se suicidó para reunirse de una vez por todas con su amada. Y la Muerte se llevó al segundo hermano.

Al tercer hermano, la muerte lo buscó por muchos años, pero nunca pudo encontrarlo. Sólo, cuando llegó a una edad muy avanzada, el menor de los hermanos se quitó el Manto de Invisibilidad y se lo regaló a su hijo. Recibió a la Muerte como una vieja amiga y se fue con ella con gusto, dejando esta vida como iguales.
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Publicado en www.ricardodelgado.com.co

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