9 de diciembre de 2011

El Señor de los Anillos, La Comunidad del Anillo, JRR Tolkien


«Tres anillos para los reyes elfos bajo el cielo.
Siete para los señores enanos en casas de piedra.
Nueve para los hombres mortales condenados a morir.
Uno para el «Señor oscuro», sobre el trono oscuro
en la tierra de Mordor donde se extienden las Sombras.
Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos,
un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas
en la tierra de Mordor donde se extienden las sombras» 
JRR Tolkien


Si bien, la adaptación al cine de Peter Jackson fue magistral, el libro de la Comunidad del Anillo de JRR Tolkien da mucho más, fue un logro en sí mismo.

Tolkien empieza narrando la historia en la Comarca, el poblado donde habitan los Hobbits de la Tierra Media. Tras la llegada de Gandalf (el Mago Gris) quien descubre que el anillo mágico de Bilbo Bolsón es el mismo que perteneció al Señor Oscuro Sauron, Frodo cargará la pesada tarea de llevar el Anillo de Poder hasta el Monte del Destino en Mordor, donde deberá ser destruido con el mismo fuego que lo fundió.

Desde las primeras páginas, donde Tolkien introduce a los Hobbits, hasta la última que termina con la muerte de Boromir, La Comunidad del Anillo es un libro atrapador, tan mágico como el mismo anillo del que habla, hasta el punto que será muy difícil soltarlo. Será precioso, precioso, narrado en un lenguaje bello y poético, con canciones magistrales y personajes que perdurarán en nuestras cabezas.

En la película suprimieron los capítulos de Tom Bombadil, el más viejo y que no tenía padre. “Tenía una chaqueta azul y larga barba castaña, los ojos eran azules y brillantes y la cara roja como una manzana madura, pero plegada en cientos de arrugas de risa” JRR Tolkien. Se trata de un personaje del cual es imposible no encariñarse, que canta y dice profecías todo el tiempo:

Por valles y colinas voy, y arroyos de cristal.
Siempre caminando, canturreando sin parar.
Yo soy un tipo singular, mi mente es muy neutral.
Suelto profecías todo el día sin cesar.

Bombadilo sin parar,
Bombadilo y no piensas más.
Bombadilo, Bombadilo, dilo sin parar.
Bombadilo, Bombadilo, dilo y no pienses más.

El Bosque Viejo es mi hogar, y el árbol mi guardián.
Llevo ropas de colores y un sombrero de copa genial.
El pensamiento hacia el Sur y al Norte el cielo zaul;
en el Oeste Baya de Oro está y en el Este el Sol nacerá.

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Publicado en www.ricardodelgado.com.co

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