El libro que leí al revés, lo escribió Gabriel García Márquez

El primer libro que leí, lo empecé por final: fui retrocediendo página por página hasta llegar al principio. Era de Gabriel García Márquez.

En la casa de mi niñez, pasaba los días sin escuela escondido en la biblioteca. Evadía los oficios domésticos y mandados a la tienda, fingiendo que leía. Afuera escuchaba decir: “al niño déjenlo tranquilo que está estudiando”. Si  me preguntaban de qué trataba el libro, me basaba en el título para inventar una mentira. En algunos casos no me creyeron. Decidí leerme el final de cada texto para reforzar la historia. Algunos finales los alimenté con escenas de películas que hubiera visto, otros los mezclé entre sí. No tenía tiempo ni ganas de leer, el game-boy no se jugaba solo.



Tendría unos diez años de edad cuando abrí la última página de Crónica de una muerte anunciada y leí:
Empezaban a desayunar cuando vieron entrar a Santiago Nasar empapado de sangre llevando en las manos el racimo de sus entrañas. Poncho Lanao me dijo: «Lo que nunca pude olvidar fue el terrible olor a mierda».


Me quedé pasmado. Si yo llegaba a decir que algo olía a mierda, me volteaban la boca de una bofetada. Entonces retrocedí página por página y capturé frases como “cantando canciones de putas”, “pueblo de maricas”, “carajo”. Estaba en shock. Llegué a la primera página: “El día en que lo iban a matar”. Se me abrieron los ojos.No sabía que los libros decían las palabrotras que me prohibían, ni mucho menos que hablaran de matar, de tripas, de cuchillos. Mi pasión por la lectura empezó ese día.

Durante varios años no existieron más libros para leer que los de Gabriel García Márquez. Uno a uno los consumí, por mis ojos pasaron los Doce cuentos peregrinos, Relato de un naufrago, La increíble y triste historia de la cándida Eréndida y su abuela desalmada, el amor en los tiempos del cólera, Cien años de Soledad…


Hice fila en una librería desde la noche anterior, el día del lanzamiento de Vivir para contarla, el primer todo de tres de sus memorias.

Aún me pregunto si debería odiarlo o quererlo. Fue Gabriel García Márquez quien despertó mi pasión por la lectura. Muchos años después mi sueño de ser escritor.

¡Felices 85!