4 de marzo de 2012

El tiempo

Muchas cosas cambian con el pasar de los segundos y las horas que se multiplican de manera increíble. Cambios a cada instante, pues aunque miremos al mismo lugar dos veces, no vemos lo mismo.

El tiempo se lleva momentos y deja otros que se quedarán para siempre. Hay cosas que no cambiaron, como el Rey León y Monsters Inc que siguen siendo mis películas favoritas, como Gokú (de Dragon Ball Z), el héroe que no cambio por ninguno y Mu de Aries el ejemplo de tranquilidad y sabiduría que siempre quise ser.


Como las escenas de las películas que alguna vez vi y no quise aceptar que me hicieron llorar. Como los libros donde los autores mataron a los personajes de los que me enamoré y jamás los perdonaré por ello. Como el café, el vicio del que me enorgullezco y aunque muchos insisten en que lo deje, es tan mío como mi país. Como los amores que llegaron un día y se fueron en otro muy parecido para no volver jamás, condenándome a darles vida en la memoria. Como el amor que hoy nos acompaña y nuestra mayor preocupación no es amarlo, sino que nunca nos deje.

Como los amigos de infancia y de colegio a quienes recuerdo como siempre niños, aunque hoy estén casados, tengan hijos y hallan olvidado que en algún lugar existimos. Como las primeras veces de cada cosa, que uno se guarda como si fuesen las únicas.

Tiempo, eterno amigo de la sabiduría. Nunca te detengas.

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